¿Cómo se hace un jardín vertical?

Los jardines verticales se componen de tres elementos: una estructura metálica que sirve de esqueleto; un panel de soporte que le da rigidez e impermeabilidad; y finalmente una capa de irrigación que distribuye el agua y los nutrientes necesarios para todas las plantas. La clave para que las raíces no dañen las paredes en las que crecen es el riego constante, que las mantiene ligeras. 

Ventajas
 
En primer lugar se encuentra el
innegable aprovechamiento del espacio, ya que no es necesario un gran terreno; además le da un realce estético al edificio, fachada o muro en que se establezca el jardín.
Pero eso no es todo; al mismo tiempo se construye una barrera aisladora y térmica, pues si bien durante las épocas de frío mantiene el calor interno, en verano actúa como un sistema refrescante natural. Otro de los beneficios que otorga es el de la purificación del aire, tanto que llegan a considerarse arquitectura de conciencia ecológica o eco-arte.